La trucha

Pertenece a la familia de los salmónidos. De cuerpo esbelto y ágil, hundido justo por delante de la aleta caudal, la mandíbula superior llega más allá del ojo, con una cabeza robusta. La boca es ancha y dentada, la cola con el borde posterior recto. De coloración variable según el ambiente, normalmente con manchas negras y rojas. La hembra tiene dos orificios anales, mientras que el macho solo tiene uno. Es una especie de talla media que no suele superar los 60 cm. y puede tener hasta 8kg de peso.
La trucha se adapta a multitud de ambientes acuáticos, algunas viven permanentemente en ríos con aguas rápidas, frías y bien oxigenadas, pero otras se trasladan a lagos, pantanos o al mar (truchas marinas), las cuales a llegar al mar, adquieren la tonalidad plateada característica de los peces marinos, con pocas manchas negras y casi ninguna roja.

Son muy territoriales e incluso agresivas, los adultos no permiten la presencia de otros individuos en su cercanía.

Se alimenta de invertebrados: larvas de insectos acuáticos, peces, ranas y de truchas más pequeñas.

Se reproduce entre noviembre y diciembre, con la temperatura del agua entre 5 y 10 ºC, y deposita los huevos, entre 1.000 y 2.000 huevos por Kg de peso, en la grava. La incubación dura unos 40 días aproximadamente.

Se distribuye por la mayor parte de Europa, Asia Menor y el norte de África.

En la Península Ibérica, se localiza en todas las cabeceras fluviales de la mitad norte y en la cuenca alta del Segura, cabecera del Guadalquivir y Sierra Nevada. La Rioja puede considerarse una zona privilegiada ya que la trucha se encuentra en todos los ríos salvo en el Alhama. A pesar de que últimamente a descendido  de forma alarmante en los ríos Ebro, Cidacos y  Leza. Los mejores ríos trucheros en La Rioja siguen siendo el Iregua y el Najerilla

La mayor amenaza para la conservación de la trucha se encuentra en la contaminación genética ocasionada por repoblaciones con ejemplares foráneos, que pueda ocasionar la pérdida de la pureza de la raza autóctona. En la actualidad, en las repoblaciones que periódicamente se realizan se utilizan en exclusiva material genético de procedencia local.

Otras de las amenazas para la especie esta en la degradación del hábitat y de la sobrepesca y el furtivismo. En los últimos años, la práctica de la pesca deportiva ha tenido un desarrollo que supone una enorme presión pesquera. La política de promoción de la pesca sin muerte parece un mecanismo eficaz y bien acogido por numerosos colectivos de pescadores.